Criptomonedas. ¿Qué son y qué impacto tienen sobre el sujeto contemporáneo?

Entre el dinero universal sin sujetos, y el mundo donde el sujeto que no crea dinero [de la casi nada] es porque no puede

Abstract: Los medios moldean al sujeto humano, y ha aparecido un nuevo medio, la criptotecnología. En este ensayo se exploran posibles impactos de este nuevo medio que es la tecnología crypto sobre la subjetividad moderna, empezando por analizar qué es el dinero, la esencia del criptodinero, y la ambivalencia de un dinero que puede ser tanto impersonal y hasta postnacional, como ser hiperpersonalista, mediante el cual cada influencer puede tener su propia moneda.

La esencia del dinero.

El dinero es un bien que cumple básicamente 4 funciones (o 3 si se considera que una es una subfunción particular de otra). Sirve de unidad de cuenta, lo que significa que gracias a tal bien que sirve como dinero, las personas pueden comparar el valor social de las cosas. También sirve como medio de pago de deudas: impositivas en particular. Los Estados tienen un gran poder para determinar el dinero oficial de un país, porque pueden exigir el pago de deudas con el dinero que “acuñan” o autorizan (Rallo, 2015). También sirve el dinero como medio para el [inter]cambio, aunque esto es una subfunción de la anterior, dado que en un intercambio dos partes se deben algo que intercambian en el acto. Una teoría naif (Gonzalez, 2020) del origen del dinero parte de que esta es su función primordial, y que el dinero nace de devenir el bien más intercambiado de una economía, como una costumbre que se consolida con el tiempo, según el [supuesto] orden espontáneo del mercado (Hayek, 1988). Por último, el dinero puede servir de reserva de valor, o reserva de riqueza, gracias a las expectativas de [que siga la] aceptación como medio de pago en el futuro: en definitiva, de que siga como medio de pago en el futuro.

La esencia específica de las criptomonedas.

El criptodinero no goza de la aprobación o del apoyo gubernamental: en especial, para cancelar las deudas tributarias. Y si esa propiedad parecía ser la característica más relevante del dinero ordinario, según la definición anterior, ¿puede seguir considerándose como un tipo de dinero a las crypto? Solo cabría confiar en que sirviera como reserva de valor, o de riqueza, y que sirviera para el pago [de deudas], aunque no fueran tributarias. Y de hecho, esas son sus principales virtudes, que podrían compensar el defecto de aprobación legal: conservar mejor el valor, por ejemplo, al garantizar su escasez, y “cancelar los impuestos”, y eso es, ofrecer un ahorro impositivo, así como su independencia respecto cualquier autoridad en el funcionamiento, podría compensar su mayor volatilidad (es decir, el riesgo), debido a su falta de sello gubernamental (que siempre otorga estabilidad).

Si el dinero “natural” que emerge del orden espontáneo según la teoría naif del orden espontáneo (Hayek, 1988), o el dinero impuesto por la autoridad [estatal], como predice la teoría monetaria moderna (Rallo, 2015), generalmente tiene la propiedad de ser escaso, pero su oferta potencial es desconocida a priori, y crece indefinidamente, los 2 rasgos fundamentales de las criptomonedas es que generan escasez absoluta, y su oferta es totalmente previsible a priori, porque queda algorítmicamente programada de antemano, y esta programación es inalterable gracias a la descentralización de los nodos (Ammous, 2018). Ya no hay un gobernador de banco central que decida en qué grado depreciar la moneda (los presidentes de EEUU tienen menos poder económico que los de la FED o el BCE), sino que eso lo decide un algoritmo descentralizado.

Generar una escasez artificial en lo virtual

La gran revolución que supuso el Bitcoin fue “con-formar la escasez” allí donde había abundancia ilimitada por su naturaleza digital. Es decir, el Bitcoin logró generar escasez absoluta, conformar la cosa más nítida y claramente (pese [ser] críptica) escasa del mundo (de todo cuanto existe), a partir de una sustancia etérea como los bits de pura información, cuando estaba en su naturaleza ser indefinidamente imitable (como por lo general es aquello digital). La solución criptográfica de la prueba de trabajo, que ofreció Satoshi Nakamoto al mundo, era diseñar un método y una estructura tecnológica de coordinación, que impide la manipulación de un sistema digital, cuando habría todo el incentivo para hacerlo por parte de los individuos participantes.

La invención de la intersubjetividad de las máquinas mediante la “comunicación críptica”

La esencia de la criptomoneda visto desde el punto de vista de su dinámica, es el registro de una cadena de bloques de un modo público descentralizado, que impide que cualquier individuo pueda alterar ese registro de los bloques, por mucho que quisiera. Lo que se produce es una competición entre “mineros” (así se le llama a la actividad: minería) para encriptar, siendo la potencia de cálculo aportada al sistema (actividad que es altamente intensiva en consumo energético) la causa eficiente de su valor. Competir y coordinarse para hacer común a la vez y sin nunca detenerse, para impedir la voluntad de nadie que pudiera alterar la integridad del sistema. El resultado es un sistema incorruptible como producto. Y se denomina minería a la actividad más opuesta a la minería real: es un derroche energético para generar la escasez absoluta de una sustancia inmaterial: información inmanipulable, eso es, singularizada (cuando de la minería tradicional normalmente se obtienen commodities).

El dinero después del oro y hacer cosas y negocios con palabras

Después de romper el acuerdo de Bretton Woods el 1971, el dinero pasó de ser una promesa de entrega de oro, a ser sustancialmente código, o mensaje. En definitiva, palabras. Hacer cosas (Austin, 1962) y negocios (Appadurai, 2019)  con palabras. Y este proceso seguirá, siendo cada vez más el medio [de pago], el mensaje (McLuhan, 1967).

Tal como describe Appadurai, la economía financiarizada que implosionó con la crisis de Lehman Brothers, consiste en hacer negocios con palabras: derivados financieros como CDS, CDO y otros instrumentos de especulación que hacen que el importe de la economía financiera sea muchas veces mayor a la real, y que mezclan, reparten, y pautan y valoran de un modo hipercomplejo los riesgos y flujos de las rentas de los activos de inversión. Unos mecanismos que se revelaron frágiles en momentos de miedo y que no pocos economistas atribuyen como originantes de la crisis financiera. En ese momento, incluso jefes de gobierno como Nicolás Sarkozy reconocieron el colapso del paradigma neoliberal y la necesidad de refundar el sistema entero[1]. Pero ese mismo año, en 2009, surge el Bitcoin, probablemente no por casualidad. Se especula que en Londres. El anónimo ahora billonario Satoshi Nakamoto (2009) pone en marcha un proyecto consistente en proponer un código informático que años después llegará a ser un negocio de más de un trillón de dólares en su punto álgido[2]: un algoritmo, es decir, código informático, que no es más que una secuencia de palabras encriptadas en una cadena de bloques, que funciona sin necesidad de ninguna autoridad ni sujeto para servir como dinero y efectuar pagos. Si el papel moneda se emancipó del oro y de lo real, este dinero virtual anda suelto técnicamente porque se ha emancipado de los sujetos. Esto es una verdad de hecho, verificable empíricamente. Las cuestiones que se suscitan son acerca de su sostenibilidad, o incluso, de si la revolución criptotecnológica tiene el potencial de inaugurar una era del posbiopoder, o bien del ultrabiopoder, es decir, del poder más invisible jamás creado, situado en la parte no visible del espectro de ondas (Foucault, 2007).

El hacer negocios con palabras (Appadurai, 2019) mediante estructuras y contratos como los derivados y las apuestas financieras, con complejas fórmulas estadísticas, da una apariencia de robustez y sofisticación, que permite ir edificando una ambiciosa torre de Babel, pero siempre se acaba desmoronando como un castillo de naipes: el sistema financiarizado es frágil y nada resiliente (Taleb, 2013). Con las cryptos esto se exacerba, empezando porque el Bitcoin antes de nada fue un whitepaper (el white paper de una criptomoneda es como su acta fundacional: es como un acto performativo en proceso, la pauta del éxito la cual no está reglada, pero es claramente hacer cosas con palabras), que fue completado como código puesto en funcionamiento, y especialmente, porque ahora se ha llegado a la sofisticada fase de las finanzas que funcionan descentralizadamente, sin sujetos: las operaciones se automatizan, especialmente en relación a DEX (Decentralized Exchanges) y DEFI (Decentralized Finance). Una desregulación respecto del Estado que es total, pero que a su vez, es la regulación absoluta, porque son finanzas que solo lo son en virtud de ser programas informáticos inalterables que funcionan sin personas, y ello implica que todo está reglado de antemano: pura regla sin autoridad. Además, ahora llegan incluso los derivados sintéticos de todo producto financiero existente, que replica el precio de lo que era real. Ya no se necesita confianza ni autoridad: todo es algorítmico. Lo Impersonal gobierna todo el sistema, en un sentido mucho más fuerte que la ola neoliberal fantasmal que desemboca en el realismo capitalista (Fisher, 2016, que cita a Jameson la célebre frase de «es más fácil imaginar un fin al mundo que un fin al capitalismo») que tanta sensación de impotencia genera en tantas democracias del mundo, pues ya no se necesitaría ni emplear banqueros. Pero en parte esta autonomía de la criptotécnica debe matizarse, porque hay necesidad de oráculos (el más famoso es uno llamado Chain Link) que conecten las redes y archipiélagos cripto con el mundo real. Pero también sitúa ante el precipicio a los capitalistas-financieros que han dominado el sistema, pues ¿dónde quedaría su poder, si ya no puede su voluntad particular  afectar mediante manipulación el sistema? Habrá otras nuevas vías de manipulación, pero son otras menos previsibles o controlables desde el Poder tradicional… que desembocan en un aceleracionismo cyberpunk, al gusto de los aceleracionistas de derechas como Nick Land (CCRU, 2017).

La revolución cripto parece una fase más de la destrucción creativa capitalista (Schumpeter, 1942): para salvar la crisis del 2009 los bancos centrales imprimieron mucho dinero, y casualmente, el Bitcoin nace como pharmakon para cuando pueda implosionar el dinero fiat: es un veneno para el sistema [monetario], pero también su salvación: ha venido para poder quemar el papel moneda, cuando la solución de dopar de liquidez la economía ya no dé para dar más patadas adelante (Streek, 2016): el criptodinero es la sustancia que destruye al sistema capitalista en su fase de evolución actual, pero también el que salva a su espíritu, o a su espectro (Derrida, 2001).

Objetivo originario: «Cancelar» los impuestos

El fin de tal espectro anti-Marx no es otro que cancelar los impuestos. Comenta González (2019) que estas formas nuevas de dinero criptográficas no son dinero porque no cumplen con la cancelación del pago por excelencia: el de los impuestos (el puro pago, sin intercambio), pero sería un error si fuera precisamente ésta la causa final de esta revolución. “¿Que no permite el criptodinero cancelar mediante pago la deuda de impuestos? ¡Pues a cancelar el pago de impuestos!”. Es el triunfo del espíritu pirata-capitalista (Gatnau, 2020): hoy a.k.a anarcocapitalismo.

El espíritu pirata-capitalista y el sujeto anarcocapitalista

El sustrato de fondo de todo este fenómeno de la criptorevolución va del despliegue de ese espíritu originario del capitalismo, anterior al que hacía mención Max Weber en la Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo (1905). Ahora que el estado de excepción [schmittiano] hecho norma como principio original del capitalismo vehiculado a través del paraíso fiscal estaba en declive (Gatnau, 2020), aparece esta tecnología como salvadora del Imperio del Mar (Schmitt, 1942), que profundiza en esa  desterritorialización del Mundo (Deleuze, 1997).

Es a través de lo oculto, lo críptico y lo descentralizado propio de las criptomonedas cómo el espíritu pirata anarcocapitalista se mueve más como pez en el agua. No creo que este sea el modo más adecuado para la oligarquía político-financiera, que hasta ahora era la base del poder panóptico de quien ve sin ser visto (como la banca de los refugios fiscales: Gatnau, 2020), pero lo críptico genera una red donde ni el Estado ni fedatarios públicos o jueces hacen falta, ni pueden dictar nada. Lo crypto es hacer cosas con código y palabras pero prescindiendo de la confianza y autoridad institucional/legal.

Anticipando una gran implosión del sistema

El capitalismo se puede definir desde el marxismo como «comprando tiempo» (Streek, 2016)  (es literal: a los trabajadores, pero pagándoles por él menos que el valor social producido: Marx, 1867), pero sobre todo, a partir de Bretton Woods, el “comprando tiempo” del capitalismo viene a significar algo más como echando balones palante, salvando las crisis: primero elevando los impuestos (después de la segunda Guerra Mundial), luego mediante inflación (coincidiendo con el oil-shock de los 70), luego mediante la financiarización de la economía (de la era Reagan-Thatcher en adelante), luego mediante súper-emisión de deuda gubernamental (Japón a finales de los 90 y para rescatar “la economía” en el crash del 2009), y durante la última década mediante una intensa emisión de dinero, acentuada desde el 2020 durante la pandemia, que ha generado la insana relación por la cual las buenas noticias económicas reales son malas para los mercados (porque aumenta el riesgo de que se imprima menos dinero), y las malas, buenas nuevas (el resultado es un esquema de refuerzo social bastante perverso).

Una oposición anticipada a las CBDC del hipercontrol (“Great Reset”)

El sujeto conspiranoico, experto en teorías de conspiración, es un fenómeno creciente. Se ha tomado como realidad entre grandes círculos, influencers de canales de Youtube, etc, el proyecto del Gran Reinicio supuestamente impulsado por el World Economic Forum (su director Klaus Schwab ha publicado en 2020 un libro con el mismo título) y las élites globales. Este Gran Reinicio pretendería aprovechar el shock “natural” (lo que se pone en cuestión, claro) de la pandemia, para modificar la estructura de la sociedad, desplegando un supuesto programa de control de la sociedad como nunca antes, consistente, entre otros puntos, con la cancelación más o menos generalizada de deudas (de Estados, grandes empresas, etc.), la instauración de una Renta Básica Universal controlada por billeteras digitales (wallets) proporcionadas por los gobiernos o bancos centrales, o el fin de la “pequeña propiedad” y de las pymes, pasando a una era “postcapitalista” donde “seríamos felices sin propiedad”, o por lo menos, donde ésta sería poco accesible para la mayoría de la población (para las “masas”), porque lo eficiente es el alquiler (“¿por qué ‘tener’ si puedes compartir y alquilar?”). Todo esto se plantea como un escenario distópico para estos grupos conspiranoicos, que suelen hacer apología del criptodinero, como antídoto a este mundo que no desean. ¿Pero acaso no son ambas vertientes de biopoder?

Lo que viene después de la farsa, es una farsa mayor, tal como sugería Foster (2020),  pero en relación al Arte y la escena cultural.

Nuevo paradigma: criptomoneda universal o universo diverso de altcoins

Sea como sea, implosione o no el sistema monetario moderno basado en el dinero fiat, el momento actual puede definirse como de poética dineraria, o el acto de creación monetaria de la casi nada. Agamben describe el proceso generativo de las artes, en general, a partir de la concepción aristotélica de arte, en Creación y Anarquía (2020): en este caso del arte de crear dinero a través de proyectos de emprendeduría. Confróntese para ver su semejanza. Veamos de qué dimensión estamos hablando en este nuevo arte.

La dimensión actual del universo crypto

La realidad “de hecho” que es medible y verificable, es que se han generado unas sustancias de la casi nada, que con la intención declarada de servir como dinero, han alcanzado un valor de mercado global de más de 2.4 billones (trillion) de dólares en el máximo del año 2021 (hasta la fecha).

Los sujetos creadores de monedas

La tendencia más actual es la de “cada persona, según su capacidad, su moneda”, o “a cada comunidad, o tribu (Godin, 2009), su moneda”. El nuevo paradigma del poder financiero no estaría tanto basado en la posesión de dinero por un sujeto, sino en la capacidad de crear dinero de los sujetos…  Da la impresión que ahora crea dinero no quien quiere, pero sí quien puede. ¿Cabe considerar la posibilidad de esta tendencia a la fragmentación criptodineraria una expresión exterior de una cura de sí moderna? No se puede concluir nada en este momento, porque es pronto, pero es plausible.

Aceleracionismo cyberpunk.

Los cryptopunks son de los primeros NFT que se crearon. Hay 10.000 y se venden cada cual entre 3 y 7 millones de dólares[3], siendo los más raros y monstruosos, los mejor valorados. Sintomático de lo que venía a decir Antonio Gramsci (1975), de que mientras lo nuevo no acaba de reinar, y lo viejo no acaba de morir, es decir, en el inter-reinos, es cuando aparecen los monstruos[4]. El  Cryptopunk número 3100 es el más valorado hasta la fecha y es este:

“Cryptopunks, La Libertad y el Futuro de Internet” (2013) era el libro-Manifesto de Julian Assange en el cual el 2013 advertía de la tendencia hacia la militarización y “privatización” de Internet, y proponía una serie de medidas y soluciones a desarrollar para prevenirlo, incluyendo el uso de las tecnologías criptográficas y descentralizadas.

En cualquier caso, la tecnología cripto no deja de ser una propuesta transformadora de una realidad hacia una deriva aceleracionista, de desenlace incierto, que Nick Land (“aceleracionista de derechas”) catalogaría de ‘hiperstición’ cyberpunk (CCRU, 2017).

La devaluación (depreciación) como síntoma de Poder, pero también de decadencia

El Poder tradicional acuña monedas y con ello logra financiarse. Históricamente ha existido una relación entre el poder de acuñación del Imperio y su capacidad de forzar una moderada inflación. Por ejemplo, el denario fue acuñado por primera vez en 4,54 gramos (la sexta parte de una onza), pero en el año 64 Nerón reducirá su peso hasta los 3,4 gramos; serán 2,36 gramos bajo el mandato de Marco Aurelio y 1,70 gramos durante el gobierno de Septimio Severo. Pero al mismo tiempo que el poder de devaluación es un síntoma del Poder del Imperio, es también una expresión de su decadencia, hasta que en sus fases finales, implosiona mediante una aceleración de la inflación que no se puede ya detener.  Y no es improbable que esté sucediendo esto con el dólar, ante el auge de China, y de las criptomonedas. No es descartable una alta inflación persistente y el fin de la hegemonía del billete verde en el comercio internacional, por razones varias. Aunque de todos modos, el dólar desprendido del oro, flotando libremente, suelta de cualquier vinculación con ningún metal, fue también una gran innovación monetaria hace 4 décadas (Bretton Woods), y un paso previo [imprescindible] al dinero criptográfico descentralizado.

La Gran Emancipación Monetaria.

En el sentido anterior, las criptomonedas pueden verse como una prolongación del experimento monetario empezado tras 1973, de desvinculación y des-sujeción del dinero respecto cualquier sustancia natural, pero llevado a sus últimas consecuencias.  Primero fue el papel moneda-en-sí, sin corresponder a ningún otro material, luego su digitalización bancaria, continuando así con la desmaterialización del dinero, y acabando con la impersonalización del dinero que suponen las criptomonedas, en la que las instituciones y la autoridad misma (de un ente estatal, de un Banco Central, de los banqueros, etc.), se hacen prescindibles.

Es la geopolítica y la economía, estúpido

En el ámbito geopolítico, el orden internacional post Bretton Woods está dando síntomas de agotamiento, y las potencias rivales de EEUU tienen claro que quieren acabar con la hegemonía del dólar[5]. Y especialmente, su dominancia en el sistema de pagos mundial, a través del SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication). Las criptomonedas empiezan a tener un tamaño gigantesco, hasta el punto de permitir a los países reducir su supeditación al sistema financiero tradicional controlado  y supervisado por EEUU, lo que afecta a los países rebeldes: un sistema financiero internacional orquestado por la potencia norteamericana que ha llevado a la imposición de sus intereses mediante el decreto de sanciones, que ha limitado la soberanía de los países rivales y rebeldes. Pero si el mundo está viviendo el acontecimiento del fin de la  Pax Americana y el regreso del Gran Dragón Rojo, que está desarrollando el Yuan Digital (una CBDC: Central Bank Digital Currency), tampoco está claro cuál es el ambivalente rol aquí del Bitcoin y de las criptomonedas, que aunque también amenazan el dominio del mismo dólar, quizás sea una forma de migración por parte de un poder tradicional con tal de buscar su salvación, si al final y al cabo, la implosión de las divisas fiat era inevitable. El guardián americano pierde poder de control, pero de todas formas, ya iba a estar así, y mejor sacar provecho de algo, que de la nada, tal como hizo la City de Londres con las ex-colonias británicas convertidas en paraísos fiscales (Gatnau, 2020).

El medio es [todavía más] el contenido (el mensaje).

En las criptomonedas (y especialmente en los NFT[6]) el medio es más el mensaje que nunca (McLuhan, 1967).  Y en las criptomonedas también se da la unión esencial e inquebrantable del sistema de pagos con el contenido de la transacción, es decir, el propio criptodinero, porque no hay lo uno sin lo otro (dinero sin transacción, movimiento sin fondos: sin saldo). Si en el sistema monetario tradicional se puede disociar el sistema de pagos de la génesis monetaria, en el criptodinero se fusionan necesariamente ambas funciones.

El Gran Reemplazo.

Todo son memes y risas en medio de la pandemia.

El medio es lo que subyace

Lo que nos determina por encima de cualquier contenido o por encima de cualquier intención, son los medios: es la tecnología. Distinto es que no nos demos cuenta de que los medios subyacen siempre, del mismo modo que no somos conscientes de que los sentidos también nos afectan sin ser conscientes (Lance Strate en McLuhan, 1967, p.67).  

La tecnología se apodera y toma autonomía

Pareciera que cuando una tecnología revolucionaria nace, tiende a extenderse hasta sus límites de posibilidad, ¿significando ello que la tecnología se apodera inevitablemente y siendo “medio”, al final nos sujeta ella a nosotros? En relación a esta criptotecnología, ¿se puede luchar contra lo que cumple mejor la función del dinero, al menos para las generaciones nativas digitales, cuando todos los incentivos se alinean? ¿Se puede frenar esta cripto-revolución tan amenazante para el Poder tradicional?

Un cul-de-sac inevitable

Los incentivos dados por la expectativa de ganancias rápidas hacen avanzar la penetración social de esta criptotecnología, con muchas personas esperando su Lambo (es un meme), pero llegado a cierto punto, cuando ya no pueda prometer felicidad (“promesse de bonheur”: Juárez, 2014), sino que se perciba el techo o una consolidación, pero manteniendo una elevada volatilidad, ¿podría colapsar? ¿Sería entonces un callejón sin salida?

¿Stonk or Bonk?

En la jerga de las redes sociales, stonk refiere a un activo cuyo precio se dispara, y bonk, a un golpe (de atención) que alguien debería recibir por su conducta recriminable, pero con “sarcasmo”, por ejemplo, por mostrarse demasiado osado (de cuerpo descubierto) en las redes, y normalmente va acompañado seguidamente de “go to horny jail”. ¿Será la mano firme del Leviatán, con su espada orientadora, o su bastón golpeador-disciplinador, siempre necesaria, para determinar que un dinero pueda servir de unidad de cuenta, es decir, que sea una sustancia estable que permita comparar el valor entre las diversas cosas? ¿Cuando no hay stonk, se necesita un bonk por parte del Leviatán para conferir la estabilidad necearia? ¿O se aprenderá a neutralizar ambas dinámicas cuando el mercado llegue a estabilizarse asintóticamente, mediante una secuencia de refuerzo -positivo y negativo, en términos del condicionamiento operante de Skinner?

Los sujetos del postcapitalismo crypto

Buffet, el inversor más legendario de los que todavía existen, hace tiempo que advierte de que el Bitcoin acabará mal. Mucho más severo es su socio Charlie Munger, alias el Monger en la comunidad cripto, que ha dicho del Bitcoin que “es veneno para ratas”, “un producto asqueroso que sale «de la nada»”, que «detesto el éxito de Bitcoin, y no veo con buenos ojos una moneda que es tan útil para los secuestradores, extorsionistas y demás”, y que es “una involución de la civilización”[7].

Algunas de estas aseveraciones son rastreras y discutibles, porque no hay dinero más rastreable que el Bitcoin, puesto que toda transacción queda encriptada pero fácilmente desencriptable y accesible para todos. Pero lo que defiende Buffet y su socio, es que una empresa añade valor, y un dinero salido de la casi nada, es pura especulación. Especulación con activos improductivos. Ello implica que “como en cualquier dinero puro”, tiene una valoración autónoma, no justificable salvo por las expectativas de que en el futuro otras personas la aceptarán para hacer pagos.

Lo que quería señalar es que siendo esta observación verdadera, puede que en el poscapitalismo no haya espacio para los capitalistas “productivos” como Warren Buffet, y que en cambio, sí haya lugar para la pura especulación con trading online desde casa, mientras se cobra la renta básica universal: incluso tal actividad especulativa podría ser posible en un país comunista, mientras exista internet.

Porque puede resultar que desde la perspectiva marxista sea inmoral “la inversión productiva” a la que hace referencia la vieja escuela de Warren Buffet, porque acumula “valor” gracias al plusvalor (Marx, 1876) drenado de los trabajadores[8], pero que en cambio, la especulación en criptomonedas, en la medida que no se apoye sobre la labor de otros, no lo sea.

La salida hacia un mundo verde es volcar la subjetividad burguesa y sus caprichos hacia el mundo virtual

Pero… lo del dinero digital descentralizado solo es la superficie de la tecnología cripto: están los NFT que representan obras de arte digitales, pero también otros objetos, como por ejemplo, cartas para juegos online, propiedades inmobiliarias virtuales en el “Metaverso” (Decentraland, OVR…). Es decir, quizás el sujeto que vendrá no podrá emprender en la realidad, no podrá permitirse adquirir viviendas reales o coches, y se deberá conformar con la RBU y vivir alquilando, pero sí podrá jugar y comprar “parcelas digitales” y especular sobre la realidad virtual. Toda una transformación del paradigma, quizás más sostenible para el planeta. Porque ciertamente el Bitcoin y la primera generación de criptomonedas basadas en la Prueba de Trabajo (PoW) son muy contaminantes (Bitcoin contamina como toda Argentina, Finlandia o Suiza[9]), pero las nuevas generaciones que usan otro método de confirmación (el denominado PoS) son energéticamente eficientes. Nuevas formas del espíritu [pirata-]capitalista adaptándose para la sostenibilidad del planeta… Si el billete verde y el Bitcoin son deforestadores del Amazonas o contribuyen al calentamiento global, las nuevas generaciones de criptomonedas son muy eficientes.

Lance Strate comenta (McLuhan, 1967, p.69) que la televisión es como la radio con imágenes, o que el coche era presentado como un carruaje sin caballo, e Internet es radio, televisión, y todo lo anterior a la vez. Con este nuevo medio, la criptotecnología, ocurre que incorpora cualquier medio anterior, como el dinero, la vivienda, el arte, etc., pero simulándolos en la realidad virtual, aunque manteniendo el factor escasez y singularidad del mundo real fuera del Metaverso.  

En definitiva, esto debía ser una aceleración capitalista desbocada hacia una nueva realidad, porque el mundo de siempre no era suficientemente escaso todavía. ¿Por qué nuevos mundos de abundancia, si puede haber nuevos mundos igualmente escasos, o que recrean una escasez   como jamás antes la hubo (como la del Bitcoin: una escasez absoluta perfectamente pautada)? Esto es la criptotecnología aplicada capitalísitcamente.

De todos modos, las consecuencias de este nuevo medio tecnológico son todavía imprevisibles. Primero existe una tecnología o un medio, luego una idea o un mensaje proporcionada por ese medio, luego aparece otra tecnología o medio, que primeramente usa traducciones de las ideas originadas en otros medio, pero luego emergen ideas que les son propias. De este modo, aunque una concepción idealista crea que antes es la idea y que esta es independiente de los medios, son los medios y la estructura tecnoeconómica la que determina nuestras ideas (una tesis marxista-materialista). Lo que subyace es el medio y el ambiente que nos sujetan, y según mi tesis, el espíritu capitalista originario que denomino pirata-corsario, que emergió durante la Modernidad en Inglaterra. Y esta tecnología es muy resistente, encarnando como pocas el espíritu pirata capitalista originario, con una capacidad destructiva-generadora muy potente, por lo que el futuro que vendrá no lo podemos adivinar. Pero conviene tener en cuenta esta novedad, pensarla y repensarla.

Decía Marinetti (1909) que “un automóvil rugiente, que parece correr como la metralla, es más bello que la Victoria de Samotracia». Los cryptopunks y los casinos virtuales en el Metaverso, diremos que también.

Conclusiones

El boom de las crypto es el momento del sujeto indisciplinado, pero que asume máximamente los valores anarcocapitalistas. Con esta tecnología, con este nuevo medio (McLuhan, 1967), se abre una grieta en el sistema que estaba implosionando, gracias a las ganas de Lambo (When Lambo es el lema): la expectativa de hacerse millonario. Un poder invisible que modela la conducta de agentes transformadores de la sociedad (Foucault, 2007). Al final, se llega a una situación como la actual donde cada líder de una comunidad/tribu puede crear su propia moneda, en una especie de mezcla de la actividad de trabajo y acción de la vita activa (Arendt, 1958). Mientras la bola se hace grande (a nivel macro: a nivel micro, los proyectos duran poco), todo va sobre ruedas, pero cuando deja de crecer y ese impulso transformador se detiene, esta fuerza destructiva-generadora del capitalismo (Schumpeter, 1942), podría colapsar: “mucho crear para nada” al final[10]. De ahí que falte una propuesta de criptomoneda que realmente pueda devenir universal, para aprovechar que el criptodinero no tiene fronteras. ¿Será el criptodinero el fin de la deriva aceleracionista ultra anarcocapitalista? ¿O un paso más hacia un capitalismo cyberpunk metamorfoseado?

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[1] “Sarkozy propone refundar sobre bases éticas el capitalismo: Nicolas Sarkozy quiere «refundar el capitalismo» para lo que convocará a «los principales líderes mundiales» antes de fin de año para reconstruir, «partiendo de cero», el sistema financiero internacional, tal y como se hizo en la conferencia de Bretton Woods tras la II Guerra Mundial (en la que se adoptó el dólar como moneda internacional)”. EL PAÍS, 26 SEP 2008.

[2]  Consultado el 20/05/2021 en https://coinmarketcap.com/es/currencies/bitcoin/

[3] Consultado en  https://101blockchains.com/most-expensive-nfts/ el 21/05.

[4] La crisis consiste precisamente en el hecho de que lo viejo muere y lo nuevo no puede nacer: en este interregno se verifican los fenómenos morbosos más variados».

[5] Rusia y China buscan reducir el uso del dólar y los sistemas de pagos “occidentales”. Consultado el 19/05/2021 en https://eleconomista.com.ar/2021-03-rusia-y-china-buscan-reducir-el-uso-del-dolar-y-los-sistemas-de-pagos-occidentales/

[6] Gatnau, 2021, Sobre la burbuja de los NFT.

[7] Consultado el 19/05/2021 en https://es.cointelegraph.com/news/bitcoin-is-a-disgusting-product-that-comes-out-of-thin-air-says-charlie-munger .

[8]  Según la teoría marxista: no estoy defendiendo que la la teoría del valor marxista sea verdadera, pues cabría la posibilidad que el sistema de formación de precios del capitalismo, incluyendo del capital, sea importante para una eficiente asignación de recursos en una economía, y que el teorema de la imposibilidad del cálculo planteado por Von Mises (1920) que afecta al socialismo, sea verdadero y resulte fatal: la cuestión estaría en si es un obstáculo insalvable…

[9] Consultado el 20/05/2021 en  https://www.bbc.com/mundo/noticias-56049826

[10]  Esto parece ser una constante en el capitalismo consumista, de todos modos.

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